¿Por qué comes como comes?

¿Te ha pasado que terminas comiendo sin saber por qué?
¿O que después de un día estresante sientes que la comida se convierte en tu refugio?


No estás sola.

Muchas mujeres sienten frustración porque quieren comer mejor, pero terminan cayendo en los mismos hábitos.

Y la raíz no está solo en lo que comes, sino en por qué comes como comes.

¿Qué hay detrás de tu forma de comer?

Comer no es solo una necesidad física. Es una experiencia emocional, mental y social.
Cuando una mujer me dice "no puedo dejar de comer dulces por la noche", mi primera pregunta no es qué come, sino qué está sintiendo.

🧠 Factores psicológicos que influyen en tu manera de comer

1. Tu historia con la comida

Desde pequeñas muchas aprendimos que si estábamos tristes, nos daban algo rico para consolarnos. O que había que comerse todo “porque hay niños que no tienen qué comer”.
Esas vivencias marcan cómo hoy te relacionas con la comida.

👉 ¿Asocias la comida con amor, recompensa o culpa?


2. Tus emociones no expresadas

La comida puede convertirse en un calmante emocional.
👉 ¿Te das cuenta si comes cuando estás enojada, aburrida, sola o estresada?

Si no aprendiste a gestionar tus emociones, es probable que las estés canalizando a través de la comida.


3. Tus pensamientos y creencias

Muchas mujeres viven con reglas internas rígidas como:

  • “Si me salgo de la dieta, ya todo está perdido”
  • “Tengo que aguantarme el hambre para adelgazar”
  • “El placer de la comida se gana, no se permite”

Estas creencias limitantes sabotean tu relación con la comida y con tu cuerpo.


4. Tu rutina y nivel de estrés

Cuando vives corriendo, comes lo que hay.
Cuando estás agotada, tu cuerpo busca energía rápida. Y cuando el estrés se acumula, tu cerebro pide confort, muchas veces en forma de comida.
👉 No es flojera. Es biología y falta de espacios de autocuidado.


💡 ¿Cómo comenzar a cambiar?

No necesitas empezar por una dieta.
Necesitas empezar por conocerte.


Aquí te dejo tres preguntas clave:


  • ¿Qué estaba sintiendo antes de comer?
  • ¿Realmente tenía hambre física o era emocional?
  • ¿Qué otra cosa podría haber hecho para atender eso que sentía?

Estas preguntas abren la puerta al cambio desde la consciencia, no desde la culpa.

La forma en la que comes no es casualidad. Es un reflejo de tu historia, tus emociones y tus creencias. Y lo mejor de todo: puedes transformarla. Si quieres dar el paso hacia una alimentación más consciente y amorosa contigo, te invito a descargar mi test gratuito:

👉 “¿Qué tipo de relación con la comida tienes?”

Descúbrelo y empieza a sanar tu relación con la comida desde el autoconocimiento.

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